Hillary Clinton llevó una campaña dura y tenaz frente a Barack Obama para lograr la candidatura que le fue negada. Pero su caudal de electores y admiradores era un tesoro preciado que no podía ser descartado por candidato alguno. Obama jugó todas sus cartas y selló una alianza que llevaría a Hillary a una cima menor, ya que no podía alcanzar el premio mayor, ama y señora de la Casa Blanca.
Obama le quitó al congreso una voz fuerte e influyente pero se ganó un camino a la reeleción sin esa piedra en el zapato llamada Billary. Como empleada de su gabinete sería una pieza de sus políticas y portadora de la voz de Barack, no la voz personal de Hillary sino de la administración Obama.
Obama recibió coscorrones en el camino y no podía devolverlos durante la ardua campaña electoral, pero pacientemente delineo la forma de actuar de su gobierno que ex profeso, o no, neutraliza a los antiguos adversarios que aprovecharon el tren eufórico de la victoria.
El nuevo presidente esta centralizando el poder en la Casa Blanca marginando a Hillary Clinton con la designación de Jim Jones como secretario de Seguridad Nacional y marcando lo que podrían ser cambios en la política de las relaciones con el Medio Oriente e Israel en particular.
Según informes periodísticos Obama está comprometido a una revisión del Consejo de Seguridad Nacional, aumentando su autoridad y composición y su involucramiento en cuestiones nacionales e internacionales.
El nuevo consejero de seguridad, James Jones, indicó que el foro creado después de la Segunda Guerra Mundial para asesorar a los presidentes sobre cuestiones militares y diplomáticas no es útil según la estructura vigente hasta el momento y por lo tanto se han dispuesto cambios a la misma, eliminándose otros canales usados hasta el momento. Pudiéndose inferir que se volvería a un esquema ya usado en el pasado cuando Richard Nixon manejó la política exterior con su Secretario de Seguridad Nacional, Henry Kissinger, dejando de lado al entonces Secretario de Estado William Rogers.
Si obervamos con detenimiento tal vez podamos ver como el puntero de Obama ha descendido sobre el hombro de su Asesor de Seguridad ( una figura fría con Israel) y no ha tocado a la Secretaria de Estado.
Zbigniew Brzezinski y Brent Scowcroft, dos de los más poderosos Asesores de Seguridad Nacional en la historia fueron los asesores del presidente durante su candidatura, y sus protegidos ya ocupan posiciones de poder en la administración Obama, proyectando esa centralización que se está vislumbrando. Más aún si se analiza la relación del enviado especial al Medio Oriente, George Mitchell, que reporta directamente al primer mandatario, dejando de lado a Hillary.
Dennis Ross, antiguo enviado al Medio Oriente durante el gobierno de Clinton y activo participante en la campaña de Obama no ha sido incluido aún en el equipo de trabajo, a pesar de todos los pronósticos, posiblemente por su cercana vinculación con Hillary .
¿Si eso no se llama enfriarle el caldo a la Secretaria de Estado, cómo se llama?
Obama le quitó al congreso una voz fuerte e influyente pero se ganó un camino a la reeleción sin esa piedra en el zapato llamada Billary. Como empleada de su gabinete sería una pieza de sus políticas y portadora de la voz de Barack, no la voz personal de Hillary sino de la administración Obama.
Obama recibió coscorrones en el camino y no podía devolverlos durante la ardua campaña electoral, pero pacientemente delineo la forma de actuar de su gobierno que ex profeso, o no, neutraliza a los antiguos adversarios que aprovecharon el tren eufórico de la victoria.
El nuevo presidente esta centralizando el poder en la Casa Blanca marginando a Hillary Clinton con la designación de Jim Jones como secretario de Seguridad Nacional y marcando lo que podrían ser cambios en la política de las relaciones con el Medio Oriente e Israel en particular.
Según informes periodísticos Obama está comprometido a una revisión del Consejo de Seguridad Nacional, aumentando su autoridad y composición y su involucramiento en cuestiones nacionales e internacionales.
El nuevo consejero de seguridad, James Jones, indicó que el foro creado después de la Segunda Guerra Mundial para asesorar a los presidentes sobre cuestiones militares y diplomáticas no es útil según la estructura vigente hasta el momento y por lo tanto se han dispuesto cambios a la misma, eliminándose otros canales usados hasta el momento. Pudiéndose inferir que se volvería a un esquema ya usado en el pasado cuando Richard Nixon manejó la política exterior con su Secretario de Seguridad Nacional, Henry Kissinger, dejando de lado al entonces Secretario de Estado William Rogers.
Si obervamos con detenimiento tal vez podamos ver como el puntero de Obama ha descendido sobre el hombro de su Asesor de Seguridad ( una figura fría con Israel) y no ha tocado a la Secretaria de Estado.
Zbigniew Brzezinski y Brent Scowcroft, dos de los más poderosos Asesores de Seguridad Nacional en la historia fueron los asesores del presidente durante su candidatura, y sus protegidos ya ocupan posiciones de poder en la administración Obama, proyectando esa centralización que se está vislumbrando. Más aún si se analiza la relación del enviado especial al Medio Oriente, George Mitchell, que reporta directamente al primer mandatario, dejando de lado a Hillary.
Dennis Ross, antiguo enviado al Medio Oriente durante el gobierno de Clinton y activo participante en la campaña de Obama no ha sido incluido aún en el equipo de trabajo, a pesar de todos los pronósticos, posiblemente por su cercana vinculación con Hillary .
¿Si eso no se llama enfriarle el caldo a la Secretaria de Estado, cómo se llama?
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